Esta tarta es de las que más me gusta. Me encantó hacerla porque sabía que iba a ser un reto difícil, pero ahora veo las fotos y hasta yo me quedo con la boca abierta.
Mi sobrina, Daniela, iba a cumplir su primer añito, y al ser su primera tarta quería que fuese muy especial. Normalmente cuando me encargan las tartas me suelen decir cómo la quieren, pero en esta ocasión no me hizo falta, segura estaba que la tarta tenía que ser de Minnie.
Fue muy muy fácil hacerla, no hubo nada que hiciera desesperarme ni tuve ningún contratiempo. Desde el principio hasta el final todo salió bordado.
Cuando se la enseñé a sus padres tuve la sensación de haber hecho un buen trabajo.
La niña se quedó alucinada, y aunque ella ya no se acuerde de ese día, estoy segura que cuando crezca y la vuelva a ver, nunca la olvidará.
¿Para cuándo la pastelería, Mariquilla?
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