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miércoles, 16 de mayo de 2012

Mi encuentro con el FONDANT

Si a mí me dieran dinero cada vez que entro en Internet para buscar recetas de cocina, ahora mismo tendría más que el Rey. Da igual la hora que sea, el tipo de receta que sea, carne, pasta, ensaladas, postres (sobre todo XD)...pero siempre encuentro alguna que guardar en la barra de favoritos, así luego tengo una lista interminable de recetas, que ya sea ahora o más adelante, las pienso hacer todas. 
Pues en una de esas veces que estuve buscando y buscando di con un tipo de tartas que la verdad  me quedaron con la boca abierta, sobre todo porque piensas ¡Cómo narices se hará esto!. Muchos de vosotros ya conoceréis este tipo de tartas, bien porque me habéis oído hablar de ellas, o por otra parte porque ya son muy conocidas. Estoy hablando de las tartas cubiertas de FONDANT. 
El Fondant en repostería general es una crema empleada como relleno o recubrimiento de ciertas preparaciones como pasteles, bollos, magdalenas...La denominación fondant hace referencia a la característica física del recubrimiento: que se funda en la boca. 
Los ingredientes son: grenetina duché, agua fría, glucosa, manteca vegetal, azúcar glass y alguna esencia al gusto.
Yo cuando leí los ingredientes y vi lo de "grenetina duché, glucosa, manteca vegetal..." me dije: ¡Ahora sí que la hemos "liao"! 
Pero como no me rindo tan fácilmente, sabía que esto se tenía que hacer de una manera más sencilla, y no me equivoqué. Encontré una receta que venía todo perfectamente explicado, y los ingredientes más fáciles no podían ser: nubes de azúcar, agua tibia y azúcar glass. Así que abrí los ojos como dos quesos y me puse en marcha. 
Normalmente, las nubes de azúcar suelen ser redondas y rositas, pero en esta ocasión las que se necesitan son cuadradas, mitad blanca y mitad rosa, no por nada en especial, simplemente porque a la hora de hacerlas de un color determinado, por ejemplo, fondant blanco, es más sencillo separar el color blanco de las cuadradas con un simple tijeretazo, que de las redondas. 
Bueno, pues una vez separado el color blanco, dispuse las nubes en un bol, las salpiqué ligeramente con un poco de agua tibia y lo entré en el microondas...Todo iba sobre ruedas.
Pasa el tiempo y llega la hora de abrir el microondas, saco el bol y...¿Qué me encuentro? una pasta soberanamente blanda, que no se ni lo que realmente parecía. Pero ahí no quedaba todo...no sólo me parecía asqueroso sino que también tenía que tocarlo, no sé a cuento de qué. Pero no me conformé con introducir un poco el dedo, no, metí bien la mano entera hasta el fondo, y cuando ya no había vuelta atrás, me dije: ¿Y ahora qué?, intenté como pude quitármelo con la otra mano, pero eso era auténtico chicle y obviamente no me quedó otro remedio que pedir ayuda. 
Me tocó repetir la operación, pero esta vez, usando una espátula XD.

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