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sábado, 28 de septiembre de 2013

Tarta Bandurria




Jamás imaginé que haría una tarta así, y mucho menos que fuese capaz de terminarla. El tener que pensar cómo hacer la tarta de cumpleaños de mi novio cada año me supone un gran dilema. Más que nada porque cada vez me lo pongo más difícil. Hasta que llegue el día que ya no de más de sí y me quede estancada...pero de momento cada año sigo saliendo airosa. El año pasado le hice el coche de Super Mario Bros, y fue al ver en su cara ese gesto de felicidad cuando yo pensé: ¡Madre mía, y ahora cómo supero yo esto, será imposible!...Y es que esta frase la repito cada año, pero no se cómo me las apaño que al final siempre lo supero.
He de ser sincera, y tengo que decir que este año no tenía ni idea de cómo hacerla, estaba totalmente bloqueada, quizás fuese por la preocupación de no poder encontrar nada que le gustase, o si le iba a hacer algo que no le hiciera ilusión. Siempre lo suelo pensar con tiempo, incluso muchos meses antes de la fecha ya tengo claro lo que voy a hacer, pero este año se me ha hecho bastante de rogar, no quedaban ni tres semanas para dicho día y mi cabeza estaba totalmente anulada, y claro, los nervios y la desesperación iban en aumento. 
Hasta que un día, por fín, se me encendió una lucecita, más que encenderse sonó, porque esta tarta iba a "sonar" bastante...
Él, a parte de tener varias aficiones, siente gran admiración por la música. No sólo forma parte de la Asociación de Coros y Danzas Virgen del Rosario de Huertas de Ánimas, sino que también es integrante de la Tuna de la misma ciudad, donde en ambos grupos utiliza un instrumento que lleva tocando desde muy temprana edad. Pensé que sería un detalle muy bonito hacerle la replica de su Bandurria, no sólo porque es algo muy personal sino también porque yo sabía que no iba a ser una tarta corriente y que le iba a hacer muchísima ilusión. Y de igual modo hacerle su capa de tuno, esa capa protectora de noches frías y testigo de grandes emociones que en esa noche se desbordan. 
No fue fácil, porque tiene infinidad de detalles como tallar el bizcocho, el clavijero, los tornillos, pintar con pincel las cuerdas, etc...Pero con paciencia se consigue todo, y como mis ganas de verla acabada eran enormes, no levanté cabeza hasta haber colocado la última pieza.
El resultado ya lo podéis ver, para mí fue espectacular. Daba la sensación que esas cuerdas iban a sonar de un momento a otro.
Su reacción no me defraudó en absoluto, y verle feliz es realmente lo primordial de mi objetivo.
Y ahora ya sólo me queda por decir una cosa...¿Cómo supero yo esto?...

1 comentario:

  1. la parte de arriba es bizcocho sin cubrir???? alucinante, creo que me voy a atrever a hacerla. :)

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